Del 29 al 30 de septiembre de 1941 tuvo lugar la primera ejecución masiva de la población civil desarmada en Kyiv ocupada por los nazis. En total, del 29 de septiembre al 11 de octubre de 1941 los hombres de las SS asesinaron a casi toda la población judía de la ciudad: más de 50.000 hombres, mujeres y niños. Solo en los dos primeros días de ejecuciones murieron casi 34.000 personas.

En total, durante la Segunda Guerra Mundial en Babyn Yar, según diversas estimaciones, murieron de 100 a 150.000 personas: miembros del movimiento de resistencia nacionalista ucraniana, judíos, gitanos, prisioneros de guerra soviéticos. Los fusilamientos en Babyn Yar continuaron hasta la liberación de Kyiv en 1943.

Cabe señalar que durante la ocupación alemana de Ucrania la población civil de todas las nacionalidades fue matada, pero según la ideología nazi, los judíos debían ser asesinados primeros y aniquilados por completo.

Según los científicos, durante la ocupación alemana en el territorio de Ucrania, alrededor de 1,5 millones de judíos murieron entre la población civil, desde Lviv hasta Luhansk.

"Los judíos eran parte de la cultura ucraniana antes de la Segunda Guerra Mundial. Las comunidades judías habían en aldeas, pueblos y ciudades, y murieron casi por completo en todas las partes", escribió el historiador ucraniano Anatoly Podolsky. Según él, solo sobrevivieron aquellos que lograron evacuarse o pasaron la guerra en el frente.

En la época soviética prefirieron guardar silencio sobre este terrible evento. Uno de los primeros en plantear el tema tabú fue el disidente ucraniano Ivan Dziuba, quien el 29 de septiembre de 1966 pronunció un discurso a los participantes en la lúgubre ceremonia, calificando a Babyn Yar como "una tragedia común de los pueblos judío y ucraniano". Babyn Yar, junto a Auschwitz, se convirtió en un terrible símbolo del Holocausto en Europa del Este y un ejemplo a qué conducen las teorías misantrópicas.

En Ucrania democrática la memoria de la tragedia de Babyn Yar se honra a nivel estatal y es una prueba de que en la memoria colectiva de la gente estos hechos tristes no tienen un marco temporal.

“Los ejecutados en Babyn Yar son miles de destinos humanos arruinados. Miles de familias que han sido exterminadas en generaciones enteras. Miles de ojos de niños temerosos que no comprendían que los estaban matando. Estos son miles de recordatorios para la humanidad de a qué conducen la xenofobia, el racismo y la intolerancia», escribió el presidente Volodymyr Zelenskyy.

Destacó que hace 79 años fue escrita una página negra en el pasado común de los pueblos ucraniano y judío, que ahora no tenemos derecho a olvidar.

El periódico "Voz de Ucrania"