Cuando llegas a Bucha, Irpin, Gostomel, destruidas y saqueadas por los ocupantes rusos, donde los cuerpos humanos y el equipo militar destrozado ya han sido retirados de las calles y las casas bombardeadas por los tanques y artillería reactiva no tienen ventanas ni puertas, ni techos, donde todo se quemó por dentro, donde en lugar de las casas lindas solo hay pilas de ladrillos rotos, primero experimentas conmoción, luego miedo, porque el enemigo continúa destruyendo otras ciudades y pueblos ucranianos, luego entiendes que nuestros vecinos del norte, que continúan gritando desde las pantallas de televisión que los pueblos ruso y ucraniano son hermanos, de hecho resultaron ser bárbaros crueles (y esto en el siglo XXI), monstruos, bestias en forma humana. Solo entonces viene la ira y el odio: nunca perdonaremos los crímenes cometidos en nuestra tierra. Por un tiempo no te deshaces de la idea de que no puede ser la realidad, es solo el escenario de una película de horror. Desgraciadamente no es así. Aquí, al igual que en Maryupil, Volnovaja, Borodianka, Kharkiv, Kherson  (en la lista larga hay Makariv, Motyzhyn, Shevchenkovo, Velyka Dymerka etc) los ocupantes rusos organizaron un verdadero infierno: aquí estaban en llamas la tierra, los edificios, se derretía el metal, sus pedazos, que todavía yacen bajo los pies en algunos lugares, parecen al chocolate derretido que al endurecerse adquiere formas extrañas. Debajo de los muros de una de las casas rotas sobre el macizo de flores, como si fuera una mesa, hay un monitor junto a una estufa de gas, aparentemente arrojados fuera del departamento por una ola explosiva. Una cortina verde cuelga en la calle a través de una ventana rota... Una bandera azul y amarilla ondea en otra ventana llena de humo en el tercer piso. ¿Cómo quedó intacta entre las cenizas? ¿Acaso alguien, después del incendio, la ha izado para decir que Irpin es Ucrania?

Las casas en ruinas están vacías. La gente vivía aquí, soñaba, hacía planes. ¿Dónde están? ¿Están vivos? En el infierno inflamado por los ocupantes rusos se quemaron muchas vidas humanas: en la región de Kyiv, según los datos oficiales, más de 1.000 civiles murieron a manos de ellos. La gran mayoría de las personas, según el jefe de policía de la región Andriy Nebytov, fueron asesinadas a tiros.

El alcalde de Bucha Anatoliy Fedoruk dice que los rusos mataron a los lugareños según las listas hechas de antemano. «Tenían listas, vi esas listas. Es decir, sabían de antemano a quién iban, a qué dirección, qué tipo de persona era», subraya. Agrega que entre las personas que iban a ser asesinadas estaban los representantes de los gobiernos locales. «Como estamos en las afueras de la capital, aquí vivía una gran cantidad de los funcionarios y políticos. Gracias a Dios lograron salir de Bucha con las oportunidades que tuvieron. Por lo tanto los rusos quedaron satisfechos con los que quedaron. La mayoría de ellos eran activistas, combatientes de la Operación Antiterrorista», agregó Anatoliy Fedoruk.

En los primeros días de la guerra en Bucha, que estuvo bajo la ocupación durante 33 días, murió Mikhailo Romanyuk. Iba en su bicicleta a la oficina de registro y alistamiento militar para alistarse en la Defensa Territorial local con el fin de defender su ciudad del enemigo. «Dijo que no podía estar sentado en un sótano cuando los agresores intentaban apoderarse de nuestra tierra», dijo la madre de Mikhailo. «Mi corazón, decía, se está rompiendo. Se preparaba para ir a la oficina de registro y alistamiento militar y me aseguraba que viviría mucho tiempo». La residente de Bucha Victoria Batura relató que los rusos dispararon contra él y su yerno desde el segundo piso de un edificio residencial. La bala alcanzó a Romanyuk en la cabeza. El cuerpo de Mykhailo yacía en la calle junto a la bicicleta, así como los de otros vecinos ejecutados hasta la liberación de la ciudad por las tropas ucranianas.

La policía de la región de Kyiv continúa registrando los delitos cometidos por el ejército ruso durante la ocupación: asesinatos, violaciones, delitos contra la persona, torturas, robos. La policía ya identificó a casi 200 soldados rusos que cometieron atrocidades en las ciudades y pueblos de esta región. El capitán Oleksey Bulgakov y el mayor Oleksandr Vasyliyev de la compañía de infantería motorizada de la 15.ª brigada del 2. ejército de la guardia del distrito militar central de las fuerzas armadas rusas (unidad militar 90.600, ubicación - región de Samara) fueron denunciados en ausencia por los tratos crueles de los prisioneros de guerra y civiles. Durante la ocupación de la aldea de Bohdanivka, distrito de Brovary, el capitán ordenó a buscar entre los residentes a los militares ucranianos, miembros de la Guardia Nacional y de la Defensa Territorial, a los veteranos de la Operación Antiterrorista y a los agentes del orden. Lograron capturar a un combatiente de la Defensa Territorial del pueblo. Le ataron las manos a la espalda, lo arrojaron al suelo y lo golpearon en la espalda, en los brazos y piernas con la culata de una ametralladora. El mayor le pisó los dedos de los pies y, después de la tortura, el prisionero quedó en un sótano sin comida ni agua durante varios días. Los rusos también torturaron a un sacerdote local desnudándolo, poniéndole un sombrero en la cabeza para cerrar los ojos, atándole las manos a la espalda y golpeándolo. El sacerdote reconoció al verdugo Vasiliev por las fotos en las redes sociales.

Foto de Andriy Nesterenko