Esto puede provocar la inestabilidad social y política (e incluso el hambre) en algunos países de África y Oriente Medio. Después de todo, la siembra, que es un período importante para los productores agrícolas de uno de los exportadores más importantes de granos, aceite de girasol y otros productos agrícolas, está al borde del fracaso debido a la invasión de los agresores rusos el 24 de febrero.

En muchos campos del país, donde los tractores rugieron en la primavera del año pasado, ahora están disparando los tanques, el equipo militar se está moviendo y la tierra agrícola ha sido minada en algunos lugares. Es simplemente imposible realizar trabajos agrícolas en tales condiciones. Las acciones combativas se llevan a cabo en diez regiones de Ucrania que, según el Centro GMK, representan el 52% de los cultivos del trigo, el 54% del girasol y el 42% del maíz. Estos cultivos generalmente se siembran en abril y mayo, y el trigo trechel, la cebada y los guisantes deben arrojarse al suelo en marzo.

Además de las explosiones en los campos, los agricultores también enfrentaron problemas logísticos inusuales. Incluso la semilla pagada no necesariamente llegará a la finca. Lo mismo ocurre con los fertilizantes y productos fitosanitarios. Muchas empresas agrícolas tienen escasez del combustible para tractores. En muchas ocasiones, al haber logrado abastecerse con combustible, los propietarios lo comparten con los militares.

Qué hacer primero: sembrar o reabastecer el equipo militar destinado a defender el país, constituye una gran pregunta. Hay escasez de tractoristas, ya que en las condiciones de guerra ellos van a combatir por su país, manejando tanques y vehículos blindados.

La salida masiva de los recursos laborales del país, que también estaban involucrados en la producción agrícola, no se detiene. En menos de dos semanas de la agresión por parte de Rusia 1,5 millones de civiles ya se han ido fuera del país, lejos de la guerra. Se prevé que el número de los evacuados alcance cinco millones en un futuro próximo.

Está claro que tal situación conllevará pérdidas significativas en los campos de la propia Ucrania. Pero también socavará significativamente la estabilidad de los mercados internacionales de alimentos. Después de todo, de la cosecha récord del año pasado mayor de 84 millones de toneladas de cereales, en menos de ocho meses fueron exportadas alrededor de ocho millones de toneladas de trigo, 5,6 millones de cebada y 161,8 mil toneladas de centeno y casi 19 millones de toneladas de maíz. En total, incluida la harina, durante este tiempo se enviaron fuera de país más de 43 millones de toneladas de granos. Y la participación de Ucrania en las exportaciones mundiales de aceite de girasol alcanza el 55%.

Hoy en día, es difícil predecir la reducción anual de las cifras de cosecha y de las ventas de productos agrícolas del país en el extranjero; todo depende del curso de la guerra. Pero, obviamente, no solo perderá Ucrania.

Actualmente, los precios de aceites se han disparado a máximos históricos debido a la incertidumbre sobre el suministro del aceite de girasol en las bolsas internacionales. Y parece que la escasez de alimentos debido al enfrentamiento en Ucrania seguirá aumentándose.

En caso de una escalada de las hostilidades y su expansión por todo el país, el planeta está amenazado con una mayor deforestación y quema de bosques para expandir las plantaciones de palma, cultivos de trigo, cebada, maíz, ya que los agricultores de todo el mundo intentarán compensar la escasez de cereales y aceite de girasol ucranianos.