Así lo anunció un representante oficial del Departamento de Estado estadounidense tras la conclusión de la cumbre del G7 a nivel de cancilleres, que se celebró en Liverpool.

A la cumbre asistieron el secretario de estado de los Estados Unidos, así como los ministros de relaciones exteriores de Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Japón y Canadá. 

La canciller británica Liz Truss ha pedido al G7 que hable por unanimidad. "Necesitamos defendernos contra las crecientes amenazas. Debemos unirnos resueltamente para enfrentar a los agresores que violan los límites de la libertad y la democracia", dijo. 

Se informa que los cancilleres expresaron su preocupación por la situación en la frontera con Ucrania y, como resultado de intensas discusiones, llegaron a la conclusión de que todavía hay una forma diplomática de reducir las tensiones con Rusia. 

"Si Moscú decide no seguir el camino diplomático, entonces en respuesta habrá consecuencias a gran escala y costos duros, y el G7 es absolutamente unánime en esto", enfatizaron en el Departamento de Estado.

El mismo día, 11 de diciembre, Joe Biden anunció que los Estados Unidos no enviarán a sus militares a Ucrania para participar en las hostilidades en Donbas, pero están dispuesto a contener la agresión rusa por otros medios, incluidas duras sanciones. 

“Le dejé absolutamente claro al presidente Putin: si invade Ucrania, las consecuencias para su economía serán devastadoras, esto es, en primer lugar. En segundo lugar, consideraremos necesario enviar más tropas estadounidenses y de la OTAN al flanco este de la Alianza (Bulgaria, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania, Eslovaquia, República Checa y Estonia), donde tenemos la obligación sagrada de proteger a estos países de cualquier ataque de Rusia. Y número tres, el impacto de todo esto en Rusia y la actitud hacia ella, la visión del resto del mundo sobre Rusia cambiará notablemente. Pagará un precio terrible”, dijo el presidente de los Estados Unidos. 

"También continuaremos fortaleciendo – y debemos y estamos fortaleciendo – las capacidades de defensa del pueblo ucraniano", agregó Joe Biden al tiempo que señaló que los Estados Unidos nunca había considerado enviar tropas terrestres a Ucrania. 

Al respecto, el ministro de defensa de Ucrania Oleksiy Reznikov dijo que la mejor ayuda a su país no serían los soldados de los Estados Unidos y Canadá, sino la provisión de armas modernas y asistencia en la modernización de las existentes. Según informes de los medios estadounidenses, Kyiv está pidiendo a Washington nuevas armas, así como una parte del equipo que fue destinado a Afganistán antes de que los talibanes tomaron el poder.

El 8 de diciembre la Cámara de Representantes de los Estados Unidos apoyó el proyecto del presupuesto de defensa para el año fiscal 2022, que incluye 300 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania. Al mismo tiempo la administración estadounidense ha pospuesto temporalmente la aprobación de un paquete de asistencia militar adicional a Ucrania por un valor de 200 millones de dólares. Según los observadores, esta decisión se tomó para continuar la búsqueda de una solución diplomática al problema de enfrentamiento armado en el este de Ucrania y eliminar la amenaza de agresión rusa. 

Mientras tanto, el viernes pasado el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg comentó sobre la nueva demanda de Rusia de cancelar la promesa de la OTAN, hecha en la cumbre de la Alianza de 2008, de que Ucrania y Georgia serán los miembros de la misma. “No podemos aceptar las tentativas de Rusia de restaurar un sistema en el que los estados grandes tengan esferas de influencia, donde puedan controlar o decidir lo que otros países pueden hacer”, dijo J. Stoltenberg. 

Agregó que la decisión sobre las relaciones de la Alianza con Ucrania la tomarán 30 aliados de la OTAN junto con Ucrania y nadie más. 

El periódico "Voz de Ucrania"