Pero la guerra de Rusia contra Ucrania mostró el verdadero rostro del agresor. Resultó que la "cultura rusa" puede educar a los asesinos en masa, violadores y saqueadores, que ya han cometido miles de crímenes contra la humanidad en Ucrania. Y el "alma rusa" está llena de odio y malicia con las que los ocupantes disparan contra convoyes humanitarios, lanzan bombas de 500 y 1.000 kg contra zonas residenciales, matan niños y mujeres, violan y roban.

Sin piedad ni respeto por la cultura de otro pueblo y otro país, los ocupantes rusos están destruyendo escuelas, universidades, cines, templos, bibliotecas y museos, “jurando amor” al pueblo ucraniano. En la región de Zaporizhia los militares rusos destruyeron el Museo Histórico y Arquitectónico de Vasylivka que es un monumento nacional. El edificio resultó dañado por los bombardeos rusos. Los ocupantes derribaron todas las puertas y ventanas, destrozaron muebles y equipos de oficina. Robaron todo lo que se pudo llevar, incluidas sierras y un destornillador. Entre los “trofeos” se encuentra un inodoro de mármol de la época del conde Popov, que estaba en exhibición. Es de destacar que este inodoro fue robado por los bolcheviques de Moscú a principios del siglo pasado. Posteriormente, uno de los descendientes de los ladrones devolvió el artefacto al museo. Ahora los seguidores de Lenin y Stalin han vuelto a robar la exposición del museo. De hecho, no es de extrañar que en una de las conversaciones de un ocupante con su madre, grabada por los servicios especiales ucranianos, la mujer rusa le dijo a su hijo que todo se estaba poniendo más caro en Rusia, y "las mujeres están comprando inodoros pagando 45 mil rublos". 

La cultura ucraniana sufrió pérdidas irreparables en la ciudad de Ivankiv, situada en la región de Kyiv, donde los ocupantes bombardearon e incendiaron el museo de historia local, que albergaba casi 20 obras de la artista de fama mundial Maria Primachenko. Las pinturas de esta artista popular, que fueron exhibidas en Canadá, Japón, China, Polonia, la República Checa, los Estados Unidos, Finlandia, lamentablemente han sido quemadas por los “héroes rusos”.

En el pueblo Novy Petrivtsi, región de Kyiv, el ejército ruso bombardeó con artillería reactiva y dañó el museo-reserva de la Batalla de Kyiv en 1943, una institución cultural, educativa y de investigación que fue fundada en 1945.

Como resultado de un ataque aéreo en Kharkiv, el Museo de Arte de esta cuidad resultó dañado con una onda expansiva que rompió los vidrios en la mayoría de las ventanas. También fue dañada la legendaria Casa “Slovo”, donde los escritores ucranianos, orgullos de la literatura nacional, vivieron y trabajaron en la década de los años 30 del siglo pasado. Durante el Gran Terror de Stalin la mayoría de ellos fue fusilada o llevada a los campos estalinistas de concentración. De esta manera, la Casa “Slovo”, que fue un símbolo de la represión estalinista en Ucrania, ahora se ha convertido en el símbolo de Rusia bárbara de Putin.

El historiador ucraniano Anatoliy Podolskyi calificó el bombardeo de Kyiv con cohetes que cayeron cerca del memorial del Holocausto "Babyn Yar" y el antiguo cementerio judío como una continuación "de Hitler, a través de Stalin, a Putin".

El 16 de marzo, a las 14:30 horas, los nazis rusos lanzaron una bomba de 1.000 kilogramos contra el Teatro Dramático de Maryupil que albergaba cerca de mil civiles en sus sótanos. A ambos lados del teatro fue escrito "Niños" en letras grandes en blanco, para que se pudiera ver desde el aire. Sin embargo, la "misteriosa alma rusa" está acostumbrada a matar.